homesick

Salgo de mi casa en la mañana, mi vecino sirio me dice "que tal, como va todo". Va todo bien Rafi ¿Todo bien con el canto? Me subo al bus  y le dedico un natural "Servus" al chofer que probablemente es Turco y que no habla inglés. En el bus va mi jefe francés, pero como siempre va tan absorto en sus cosas que no siquiera nota que estoy a un metro de el, así que sigo de largo y diviso a mi colega ruso. Siempre es un poco incomodo hablar con el porque parece que de cualquier tema del cual hablemos, el siempre tiene una opinión completamente opuesta a la mía, pero es una buena persona, aunque siempre traiga una navaja en su bolsillo . Llego a mi oficina donde un argentino tomando mate y un austriaco ya están sentados frente a sus computadoras. Bajo a mi laboratorio, donde el chico francés aun está calibrando el modulador electro óptico. Trabajo un rato, recuerdo que debo buscar unos apuntes en la oficina, subo otra vez y en el ascensor aparece el pelirrojo estadounidense de padres finlandeses que me cuenta sobre sus vacaciones y que sus suegros ricos le pagaron una semana en Disneyland París para el, su esposa y sus hijos. Por suerte no me encontré con el británico con hijos en Hong Kong, porque lo único que hace es hablar de su gato con su elegante acento londinense. . El alemán serio me da una invitación para el concierto de su orquesta que es el próximo viernes. Pasa el rato, ya es hora de almorzar, el holandés y el brasileño no tardan en llegar y nos vamos al Kolpinghaus, que es una organización medio católica y venden almuerzos muy baratos. Hoy nos toca un goulash de lo mas Húngaro, no está mal, pero ya no soporto la ensalada con Speck. El irlandés me cuenta una cosa de los mas graciosa acerca de Nigella Lawson que sigue siendo mi chef televisiva madura favorita, pero ya ni la recuerdo.  En la tarde tengo mis clases de idioma con el japonés y con el chico de la India, la verdad es que me la paso muy bien con la joven profesora berlinesa pero no estoy muy enfocado en el asunto. Los viernes en la mañana tengo clases de información cuántica experimental, hay un chino muy sabiendo y un Italiano que yo creía que tenia como mi edad, pero tiene como diez años más. Después de la "Uni" y del laboratorio me voy a nadar un rato a la piscina, me encuentro nuevamente  con la chica suiza que conocí ahí mismo, la que tiene cara de ángel, la saludo de lejos pero ella se acerca para contarme que se va a un viaje de ski a los andes. Después de nadar siempre tengo mucha hambre, hoy no es la excepción así que me voy donde los tailandeses que venden sushi y me compro un jugo de mango y unos nudeln con hühnerfleish. La chica que atiende habla muy raro, jamas he entendido una sola palabra de lo que me dice pero siempre he conseguido comer lo que quiero, no me quejo. Me llaman mis amigos chilenos, nos vamos al Bäckerei que siempre está lleno de españoles y me encuentro con mi amiga colombiana y su novia. Ella siempre es muy cariñosa. Bailamos, saltamos, cantamos, y me regreso a casa donde descubro que no apagué la cocina y quemé todo el edificio y el refugio de animales huérfanos de al lado. Así vivo mi soledad.